Demasiados cabos sueltos que finalmente se van a olvidar en marzo, esperemos que los ciudadanos y votantes, al menos lo recuerden a la hora de votar. Y sobre los animales abandonados de todas maneras debe ser, como ocurre en los países desarrollados, de una vez por todas, una cuestión de Estado. Y muy bien por los animalistas, que siempre meten harta bulla, si no fuera por ellos, peor para los animalitos abandonados.
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